“Aunque la autosuficiencia fue siempre una aspiración de la modernidad
y la obra moderna sólo se medía consigo misma, la tradición
seguía allí presente bajo cuerda, aun sólo como el oficio”[i].
Sin duda el arte contemporáneo se encuentra liberado del imperativo moderno de la innovación; mientras que el savoir faire que condicionaba una historia progresista del arte ya detectada por Arthur Danto, hace mucho tiempo ha dejado de ser una condicionante. Por ello hoy podemos disfrutar de una pluralidad sin precedentes en el panorama artístico contemporáneo, donde conviven sin dicotomía alguna los lenguajes modernos, premodernos y aquellos que irrumpieron con la llegada de la postmodernidad.
Gracias a la apertura de este abanico de posibilidades, a causa de la supresión de toda definición, positiva o negativa, del objeto artístico; es que hoy podemos disfrutar de obras y poéticas que nos resultan tan familiares como la de los jóvenes creadores cubanos Ernesto García Sánchez y José Manuel Mesías. Si analizamos las obras de ambos artistas, llama la atención aquellos aspectos que las unen, así como aquellas inquietudes que trascienden las divergencias formales y temáticas.
Sin título, de la serie “Pinturas que nacen muertas”. Ernesto García
Tras una mirada panorámica de la producción artística de ambos creadores, llama la atención no solo la poética particular de cada uno –García Sánchez más apegado a la abstracción y Mesías más cercano a la figuración y abocado hacia la revisitación de la historia-; sino la manera en que ambas confluyen a partir de la reiteración de fenómenos duales, de compuestos binarios. Por un lado Ernesto García con sus dípticos con aliento de abstraccionismo lírico, y por otro José Manuel con sus “Cosas que se parecen”, a manera de instalación también abstracta; hacen que esa dualidad dispar sucumba ante la afinidad que ambos han tenido respecto a la manera de entender el arte, desde que comenzaron a trabajar juntos, siendo estudiantes.
Amén de la figuración que podemos detectar en obras como Afraid of knifes y The room before heaven, -de José Manuel Mesías- se hace evidente la fuerte presencia de una visualidad abstracta. A pesar de que Mesías trabaja desde la figuración, lo hace a partir de una paleta de colores y de una disposición de los planos que lo conectan muy bien con los lienzos abstractos de Ernesto García Sánchez. Por lo que esa llamada “vuelta al oficio” noventiana y que ha sido retomada por las más jóvenes generaciones de artistas cubanos, se hace latente en la carrera de ambos. Pintura pintura, bidimensionalidad, técnicas convencionales como acrílico sobre lienzo, junto a cierta dosis de instalación, dominan a nivel visual, en relación con la idea de que cada pieza una es un universo, y por tanto debe ser apreciada en su justo espacio.
De la serie “Las cosas que se parecen” (2012-2014) José M. Mesías
La gradual pérdida de la iconicidad, de eso que para el teórico norteamericano Clement Greenberg fuera el sumun del arte y que se convirtiera posteriormente en punto de resistencia del primer postmodernismo; regresa para corroborarnos la validez del trabajo con los resortes del pasado artístico, desde el presente. José Manuel y Ernesto como fieles postmodernos hacen explotar la coraza moderna desde sus adentros -pintura tradicional, autonomía del arte- y desde su quehacer artístico contribuyen a curar la enfermedad histórica moderna que diagnosticaba Nietzsche.
[i] Compagnon, Antoine. Las cinco paradojas de la modernidad. (versión digital)